A 102 años del natalicio de Eva Perón, desde sectores del peronismo y del feminismo popular se propusieron reivindicar "su rol fundamental" como dirigente política en la organización colectiva y en la construcción de poder de las mujeres.
En este marco, organizaciones políticas y feministas locales realizaron esta mañana un breve pero sentido acto en el busto homenaje a Eva Duarte, ubicado en la esquina de calles 17 y 18.
En noviembre se cumplen 70 años de las primeras elecciones nacionales con voto femenino. Pero Eva no sólo fue clave en la obtención de la ley que otorgó a las mujeres los derechos políticos.
La creación del Partido Peronista Femenino permitió la incorporación masiva de las mujeres en la política, tanto en el territorio como en los lugares de representación. Las mujeres llegaron a ocupar el 30% del Congreso Nacional, algo que no volvería a repetirse hasta luego de la sanción de la ley de cupo femenino cuarenta años después.
En ese camino, también puso en discusión el rol que ocupaban dentro de la sociedad y que aún hoy no logran subsanar: la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, y la necesidad de que las tareas de cuidado sean reconocidas y remuneradas.
Eva no se reconocía dentro del feminismo, porque a diferencia del movimiento sectario y clasista que predominaba en la época, ella entendía que la lucha de las mujeres no era abstracta, la corriente no podía ser ajena a la política y el sujeto político debían ser las trabajadoras humildes, históricamente oprimidas.
Les mostró que las mujeres podían participar en política cuando dijo “no tengo otra vanidad ni otra ambición que ésta: servir, ser útil, volcarme en la quietud de cualquiera de las millones de mujeres, que ahora poseen un claro sentido de su haber y una noción real de sus derechos”.
Trabajó incansablemente por la justicia social pero aún más fuerte es el legado de la organización política. Ese partido peronista femenino significó la visibilización de las mujeres como sujeto político. No fue sólo el derecho a votar. Fue el artífice de que las mujeres sean el gran sujeto revolucionario del siglo XXI y que ahora sólo dependa de ellas.
Quisieron borrar su historia como líder político. Lo intentaron los que proscribieron, persiguieron, encarcelaron y desaparecieron. Lo hicieron luego, dentro del movimiento, alzando su figura sólo como abanderada de los humildes e invisivilizando la organización colectiva de las mujeres peronistas.
Lo desean los feminismos liberales, de ayer y de hoy, que reproducen los mecanismos de opresión del patriarcado hacia las clases populares. Pero aunque lo intentaron, las militantes se hicieron eco de sus palabras: "tomamos su nombre y lo llevaremos como bandera a la victoria. Porque el feminismo es justicia social, y Evita nuestra capitana".
Participaron de la conmemoración de este viernes la Secretaría de la Mujer del Partido Justicialista, el Frente de Géneros y Disidencias, Organización Peronismo Militante, Corriente Militante Lealtad y el Frente de Mujeres e Igualdad de Géneros La Cámpora.
En noviembre se cumplen 70 años de las primeras elecciones nacionales con voto femenino. Pero Eva no sólo fue clave en la obtención de la ley que otorgó a las mujeres los derechos políticos.
La creación del Partido Peronista Femenino permitió la incorporación masiva de las mujeres en la política, tanto en el territorio como en los lugares de representación. Las mujeres llegaron a ocupar el 30% del Congreso Nacional, algo que no volvería a repetirse hasta luego de la sanción de la ley de cupo femenino cuarenta años después.
En ese camino, también puso en discusión el rol que ocupaban dentro de la sociedad y que aún hoy no logran subsanar: la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, y la necesidad de que las tareas de cuidado sean reconocidas y remuneradas.
Eva no se reconocía dentro del feminismo, porque a diferencia del movimiento sectario y clasista que predominaba en la época, ella entendía que la lucha de las mujeres no era abstracta, la corriente no podía ser ajena a la política y el sujeto político debían ser las trabajadoras humildes, históricamente oprimidas.
Les mostró que las mujeres podían participar en política cuando dijo “no tengo otra vanidad ni otra ambición que ésta: servir, ser útil, volcarme en la quietud de cualquiera de las millones de mujeres, que ahora poseen un claro sentido de su haber y una noción real de sus derechos”.
Trabajó incansablemente por la justicia social pero aún más fuerte es el legado de la organización política. Ese partido peronista femenino significó la visibilización de las mujeres como sujeto político. No fue sólo el derecho a votar. Fue el artífice de que las mujeres sean el gran sujeto revolucionario del siglo XXI y que ahora sólo dependa de ellas.
Quisieron borrar su historia como líder político. Lo intentaron los que proscribieron, persiguieron, encarcelaron y desaparecieron. Lo hicieron luego, dentro del movimiento, alzando su figura sólo como abanderada de los humildes e invisivilizando la organización colectiva de las mujeres peronistas.
Lo desean los feminismos liberales, de ayer y de hoy, que reproducen los mecanismos de opresión del patriarcado hacia las clases populares. Pero aunque lo intentaron, las militantes se hicieron eco de sus palabras: "tomamos su nombre y lo llevaremos como bandera a la victoria. Porque el feminismo es justicia social, y Evita nuestra capitana".
Participaron de la conmemoración de este viernes la Secretaría de la Mujer del Partido Justicialista, el Frente de Géneros y Disidencias, Organización Peronismo Militante, Corriente Militante Lealtad y el Frente de Mujeres e Igualdad de Géneros La Cámpora.