

La problemática del arsénico en el agua y la presencia de cianobacterias en cuerpos naturales vuelven a posicionar a la región de Balcarce en el centro de la discusión ambiental bonaerense. En las últimas horas, la diputada provincial Sabrina Sabat presentó un proyecto de ley para la creación de un mapa interactivo de monitoreo de arsénico, que permitirá conocer en tiempo real la calidad del agua destinada al consumo humano en toda la provincia de Buenos Aires.
La iniciativa busca desarrollar una plataforma digital de acceso público y gratuito, donde se releven y publiquen los niveles de arsénico y otros contaminantes en el agua de red y de pozo. “La presencia de arsénico en agua para consumo humano constituye una crisis sanitaria silenciosa que afecta a vastas regiones del país, en particular en nuestra provincia”, señaló la legisladora durante la presentación.
El proyecto se da luego de que un informe del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) confirmara la existencia de valores de arsénico superiores a los tolerables en numerosos municipios bonaerenses, entre ellos Balcarce (Villa Laguna "Brava"), Mar de Ajó, Punta Médanos, Suipacha, Mercedes, Azcuénaga, San Antonio de Areco, Pergamino, Junín, 9 de Julio, General Villegas, Nueva Atlantis, Punta Médanos y Tres Arroyos, sitios donde el recurso hídrico reviste especial importancia ambiental y social. Entre los más afectados del relevamiento provincial, según el escrito, figuran Escobar, El Remanso, Villa Ruiz, General Rodríguez, Ponte Vedra, Marcos Paz, Long Champs, Alejandro Korn, San Vicente, Brandsen, Domselaar, Máximo Paz, Vicente Casares, Cañuelas, Lobos, Navarro y Chivilcoy.
Sabat sostuvo que la propuesta apunta a transparentar la información pública, empoderar a los ciudadanos y fortalecer el control sobre las empresas prestatarias del servicio. Además, busca brindar una herramienta de gestión a los municipios y organismos de salud que enfrentan a diario los efectos de la contaminación en sus territorios.
En el caso de Balcarce, la preocupación por la calidad del agua no es nueva. En junio de este año, el concejal Andrés Lombardini había presentado un proyecto de comunicación solicitando medidas preventivas frente a la presencia de cianobacterias en la Laguna Brava, un área de paisaje protegido desde 2018. A partir de mediciones realizadas por la Provincia, se habían detectado niveles “naranja” —de riesgo medio— durante varias semanas consecutivas, lo que motivó el pedido de controles y señalización preventiva.
Ambas iniciativas, aunque de distinto alcance, confluyen en un mismo punto: la necesidad de monitorear con rigor científico los recursos hídricos y generar políticas sostenidas que garanticen el acceso a agua segura. Tanto el proyecto provincial sobre el arsénico como el local referido a la Laguna Brava evidencian una creciente conciencia ambiental, donde la salud pública y la preservación de los ecosistemas comienzan a ocupar un lugar central en la agenda política y comunitaria.
