

La presencia de arsénico en el agua de consumo afecta a millones de personas en Argentina y representa un desafío crítico para la salud pública, según una actualización del relevamiento nacional realizado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). De los 135 partidos que conforman la provincia, 66 municipios bonaerenses se encuentran en franja amarilla o roja de alerta, siendo 41 las cabeceras partidarias afectadas por esta categorización.
Jorge Daniel Stripeikis, doctor en Química de la UBA y director del Departamento de Ingeniería Química y Petróleo del Centro de Ingeniería en Medio Ambiente del ITBA, lideró el ensamble del mapa. El investigador identificó que aproximadamente cuatro millones de personas en el país podrían estar expuestas potencialmente al arsénico a través del agua o los alimentos. Las áreas geográficas más comprometidas son el corredor de la ruta 5 y zonas aledañas a Mar del Plata.
El ITBA utiliza dos rangos de clasificación basados en la concentración de arsénico. El nivel amarillo corresponde a valores entre 10 y 50 partes por mil millones (ppb) o microgramos por litro. En esta categoría de precaución, el consumidor debe realizar estudios complementarios para evaluar los riesgos. Cuando el resultado supera los 50 ppb, se ingresa en la fase crítica o roja, y el agua no debe consumirse para ingesta directa ni para la cocción de alimentos.
La situación en Balcarce
El distrito de Balcarce aparece en el mapa del ITBA con antecedentes que requieren atención. En julio de 2016, la ciudad registró un caso de alto nivel de arsénico: 68,5 ppb o microgramos por litro en una muestra extraída de una vivienda de calle 19 entre 24 y 22. Esta agua provenía de la red de agua potable abastecida por la Planta de Tratamiento de Efluentes de la entonces Aguas de Balcarce S.A., hoy bajo la gestión de OSeBal que, aunque figura como Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria (SAPEM), se encuentra controlada en su totalidad por el Municipio.![]() |
| Los 66 municipios que se ven afectados por la presencia de arsénico en el agua. |
Es importante destacar que el estudio del ITBA incluye tanto muestras recientes como casos históricos que se remontan a más de una década atrás. Estos valores pueden variar con el paso del tiempo debido a nuevas tecnologías en tratamientos de aguas, lo que genera la necesidad de un monitoreo permanente.
Los reportes actuales de OSeBal, disponibles en su página web, muestran presencia de arsénico en el agua pero en un nivel inferior al registrado en 2016 y dentro de los parámetros permitidos por la normativa argentina: 0,03 miligramos por litro, equivalente a 30 ppb, frente al límite de 0,05 mg/l (50 ppb) que tolera la regulación nacional. Sin embargo, en las muestras extraídas de agua de pozo se destaca un índice elevado de sodio: 212 miligramos por litro sobre el límite recomendado de 200 mg/l. Este fenómeno es común en zonas del interior bonaerense, particularmente en puntos geográficos cercanos a lagunas o espejos de agua de grandes dimensiones.
Stripeikis señaló que, si bien la exposición al arsénico es un desafío persistente, existen planes de monitoreo que permiten abordar la situación de manera responsable. Según la evidencia científica más reciente, el arsénico presente de manera natural en la mayoría de los acuíferos argentinos es, en un 90 por ciento, de la variedad menos tóxica. El especialista explicó que menos de 10 ppb es considerado seguro, mientras que entre 10 y 50 ppb amerita vigilancia y control constante. Una noticia alentadora es que no existe evidencia significativa de efectos adversos en la salud por consumo de agua con arsénico entre 10 y 50 ppb.
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| Las tres categorizaciones para saber cómo medir el nivel de arsénico en el agua. |
Consecuencias para la salud
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la exposición prolongada al arsénico inorgánico afecta a unas 140 millones de personas en al menos 70 países, superando el valor guía provisional de 10 microgramos por litro. En caso de falta de tratamiento, el individuo podría desarrollar patologías como cáncer de pulmón, cáncer de laringe, tos crónica o persistente y fibrosis pulmonar. Además, la ingestión continua de agua contaminada con arsénico deriva en el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), una enfermedad que se manifiesta con lesiones cutáneas, problemas respiratorios y diversos tipos de cáncer.El Dr. Alfredo Gallego, bioquímico y especialista en ciencias químicas y medioambiente, señaló que la exposición al arsénico afecta a cerca de dos tercios de la población argentina. Un estudio reciente publicado en Environmental Health Perspectives encontró que quienes estuvieron expuestos a un promedio de 1 a 5 microgramos por litro de arsénico en el agua potable tenían un riesgo de enfermedad cardíaca aumentado del 5 al 6 por ciento. El riesgo se incrementó al 20 por ciento en el rango de 5 a 10 microgramos por litro, y se duplicó al 42 por ciento para los expuestos a niveles iguales o superiores al límite de 10 microgramos por litro.
La mayoría de los compuestos de arsénico se manifiestan como polvos blancos, sin olor y sin sabor perceptible. Esta ausencia de características sensoriales hace que resulte casi imposible detectar su presencia en el agua sin recurrir a análisis específicos. No se puede identificar el arsénico por el gusto o el olfato, lo que incrementa el riesgo de exposición inadvertida.
El desafío del monitoreo
El diagrama elaborado por el ITBA recopiló más de 350 muestras de fuentes subterráneas y superficiales. Para realizar este monitoreo fue vital la colaboración ciudadana. El instituto recibió muestras de casi todo el país, envasadas en botellas plásticas pequeñas, que debían ser entregadas en su sede, debidamente rotuladas y habiendo completado previamente un formulario. Stripeikis subrayó que ante cualquier duda, es fundamental extraer y enviar una muestra, porque el monitoreo es el camino a la tranquilidad.Para Balcarce, la situación actual refleja una mejora respecto a los valores críticos de 2016, pero la presencia de arsénico en niveles de precaución y el sodio elevado en el agua de pozo evidencian la necesidad de mantener un sistema de vigilancia constante. Los vecinos que utilicen agua de pozo deberían considerar realizar análisis periódicos, aprovechando la posibilidad que ofrece el ITBA de testear muestras de manera gratuita. OSeBal mantiene disponible en su sitio web los resultados de los análisis de laboratorio, lo que permite a los balcarceños conocer el estado del agua que consumen.
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| La presencia de arsénico en un relevamiento realizado en Balcarce. |
La región central de la provincia de Buenos Aires es una de las más extensas con alto contenido de arsénico en aguas subterráneas, coinciden los especialistas. Por ello, el monitoreo periódico y los controles de calidad del agua se vuelven imprescindibles para garantizar la salud de la población. La experiencia demuestra que el monitoreo continuo, la inversión en tecnología de tratamiento y la educación comunitaria son los pilares para garantizar el acceso a agua segura.
Con información de Infobae.



