Los combustibles sufrirán en promedio un incremento del 4% a partir de las 0 horas del sábado 1 de junio, tanto en nafta como en gasoil. Básicamente, las petroleras justifican el aumento en una combinación de: aumento de la inflación, devaluación de la moneda local frente al dólar (moneda con la cual se comercializa y cotiza el crudo de petróleo) y al ajuste que realiza el gobierno sobre el impuesto a las comercializadoras y distribuidoras de combustibles en el país, que en el caso del cierre del primer trimestre asciende casi al 12% y que indefectiblemente trasladan en forma parcial, directa e inmediata al precio en el surtidor.
También se pudo saber a través de una de las empresas de combustibles más grandes del país que aún con esta suba prevista para el próximo fin de semana, se registra un retraso en los precios de entre 8 a 18% en relación a la devaluación del peso, producto de la inflación. Más allá de la incertidumbre, lo que sí está claro es que los aumentos no van a cesar, a pesar de los intentos del gobierno de mantener tarifas y precios durante los meses previos a las elecciones.