Con 21 años y días después de su millonaria transferencia de Boca a Barcelona, Maradona jugó su primer partido en la máxima cita mundial en la sorpresiva derrota por 1-0 ante Bélgica en el partido inaugural disputado en el estadio Camp Nou con más de 90 mil espectadores.
Patricio Hernández fue testigo de ese hecho histórico para el fútbol argentino y mundial ya que el astro luego disputó otros 20 encuentros, ganó el Mundial de México en 1986, fue finalista de Italia 1990 y sigue siendo el futbolista de la "Albiceleste" con más partidos en Copas del Mundo.
El exquisito zurdo surgido de Estudiantes de La Plata, además, fue compañero de habitación de Diego en la concentración y el responsable de que Maradona haya podido vestir la mítica camiseta número 10 en su primer Mundial.
Por disposición de la FIFA y tal como había sucedido en 1978, César Luis Menotti repartió los dorsales de acuerdo al orden alfabético de los apellidos de los futbolistas por lo que a Hernández le tocó el 10 y a Maradona la 12.
"Durante dos o tres días, Diego estuvo intranquilo y contrariado y yo
me imaginaba que era por el tema de la camiseta. Un día estábamos
tomando mate temprano y me dice: "'Patri', yo quisiera jugar con la 10".
Y ahí yo le dije 'olvidate, es tuya'", recuerda Hernández en diálogo
con Télam.
"Cyterszpiler, su representante, se portó mal
porque le fue a pedir directamente a Menotti la camiseta y el 'Flaco",
como buen líder, le dijo que hablen conmigo. Yo no tenía nada
que hablar con él, solo cuando Diego me la pidió, accedí porque era un
gusto que la use el mejor del mundo", agregó Hernández.
"En
los días previos había mucha tensión, por ser la inauguración, porque
éramos los campeones del mundo y por la Guerra de Malvinas.
Esto último se nombra poco pero fue un detalle no menor que también nos
puso nerviosos", destaca sobre ese junio de 1982 que tenía a nuestro
país en vilo por la visita del papa Juan Pablo II y la inminente
rendición en las Islas Malvinas.
El mediocampista, que
finalmente no tuvo participación en los cinco partidos de Argentina en
España, también fue protagonista indirecto del plan que ideó Bélgica
para anular a Maradona en ese fallido debut.
Unos años después del Mundial, Hernández
compartió plantel con el belga Ludo Coeck en Ascoli, de Italia, y el
mediocampista le reveló la charla previa del entrenador Guy Thys.
"¿Maradona
es mejor que un jugador nuestro? Sí, le respondió el plantel. ¿Y que
dos? También. ¿Y que cuatro? No, le respondieron. Entonces armó un rombo
con Ludo Coeck, Frank Vercauteren, Erwin Vandenbergh y Jan Ceulemans
para que siempre encierren a Diego", cuenta Hernández, según el relato de su excompañero belga.
Maradona tuvo un debut con poco brillo,
algunos diarios puntuaron su actuación con un 5, pero en el segundo
tiempo tuvo la situación más clara para empatar el partido que había
abierto Vandenbergh, a los 18 minutos del segundo tiempo, con un tiro
libre que se estrelló en el travesaño.
"Después del debut, Diego estaba muy triste, caído y amargado.
Cuando no le salían las cosas, era de hacerse mucho problema y encima
tenía todo el peso de querer demostrar tanto", rememora Hernández, quien
compartió días inolvidables con un Maradona "genuino y llenó de
sueños".
"No me podría haber tocado un compañero mejor. Nunca en mi vida
había estado con alguien que quisiera dormir con la pelota en la
almohada. Nuestras charlas eran en torno a un profundo amor por el
fútbol", remarca el mediocampista ofensivo que brilló en el
"Pincha" de la mano de Carlos Bilardo y se ganó la convocatoria para el
seleccionado de Menotti.
En ese primer partido, el "Flaco"
alineó a Ubaldo Fillol; Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella
(capitán) y Alberto Tarantini; Osvaldo Ardiles, Américo Gallego y
Maradona; Daniel Bertoni, Ramón Díaz y Mario Kempes.
En el
segundo tiempo hizo un solo cambio y fue el ingreso de Jorge Valdano por
el "Pelado" Díaz, quien junto a Maradona se había destacado en el
Mundial juvenil de 1979 y llegaba para "reforzar" a la base del equipo
que logró la primera estrella del Mundo en 1978.
Cinco días después, Argentina derrotó a Hungría por 4-1 y Maradona marcó sus primeros dos goles en Mundiales pero la participación del equipo de Menotti terminó en decepción.
El campeón no pudo defender el título y fue eliminado en la segunda
fase tras perder primero contra Italia (2-1) y luego ante Brasil (3-1)
con la recordada expulsión de Maradona tras un planchazo que fue una
muestra de su frustración.