Sus admiradores depositaron flores y fotografías a las puertas del Palacio de Kensington, donde vivió en la capital inglesa, y en la mansión de la familia Spencer, donde Diana está enterrada, su hermano Charles izó la bandera británica a media asta.
Sus hijos, William y Harry, la recordaron lejos de las cámaras, sin actos públicos.
Hace cinco años, cuando se cumplieron dos décadas de su muerte, ambos decidieron que esa sería la última conmemoración pública, según el diario británico Daily Telegraph.
William, de 40 años, segundo en la línea sucesoria al trono, anunció recientemente que se trasladaba desde Kensington al Palacio de Windsor, unos 40 kilómetros al oeste, con su esposa, Kate, y sus tres hijos pequeños.
Harry, en tanto, se encuentra en California, donde vive junto a su esposa, Meghan Markle, y sus dos hijos desde que la pareja abandonara la familia real en 2020.
El año pasado, los hermanos inauguraron una estatua de Diana en el Palacio de Kensington en el que habría sido su 60º cumpleaños.
Pero los hermanos apenas se muestran juntos después de que el menor de los hijos de Lady Di renunciara a sus tareas reales y luego de que su esposa acusara de racismo a la familia.
Diana Spencer murió el 31 de agosto de 1997 en París en un accidente automovilístico mientras era perseguida por decenas de paparazzi que la querían fotografiar junto a su pareja, Dodi Al Fayed.
"Era una celebridad global", dijo el camarógrafo jubilado Claude Gautier, de 79 años, en el memorial improvisado en París.
"Tenía clase, deportividad, elegancia. Todo el mundo está triste hoy", aseguró en declaraciones a la agencia de noticias AFP.
"Se me ponen los pelos de punta al pensar que murió aquí debajo", agregó la turista alemana Ulrike Plank, de 64 años. "Hoy echamos mucho de menos a alguien como ella. Si miran en el mundo, no hay nadie así", agregó.
Diana, que murió a los 36 años, sigue despertando fascinación en todo el mundo: el pasado fin de semana se subastó un Ford Escort suyo por 864.000 dólares.
