Arroyo tuvo una larga trayectoria política en Mar del Plata, donde llegó a ser intendente entre 2015 y 2019 cuando llegó al poder tras derrotar a Gustavo Pulti que iba en busca de su tercer mandato. Sin embargo, en 2019, luego de romper con Juntos por el Cambio, el espacio que le había permitido llegar a la Intendencia cuatro años antes, se postuló en busca de la reelección con el partido vecinalista que había fundado, Agrupación Atlántica, pero apenas obtuvo el 4% de los votos.
A partir de regreso de la democracia en 1983, Arroyo participó en todos los comicios. Con el triunfo de Mario Russak en 1991, Arroyo volvió a la gestión municipal donde tuvo un renombrado paso por la Dirección de Tránsito donde se ganó el apodo de Zorro 1, por su dureza para enfrentar a los conductores.
A su vez, Arroyo tuvo un paso relevante como director de la Escuela de Educación Media 2, ubicado en Yrigoyen entre 3 de Febrero y 9 de Julio, una escuela a la que le imprimió su sello personal y le valió el reconocimiento de muchos exalumnos y padres de la comunidad educativa, aunque también críticas por los modos en los que conducía el establecimiento.
Esa “fama” lograda como símbolo del orden en el tránsito le permitió desarrollar su nombre en la política local y crecer en caudal de votos hasta que en 2009 llegó a ocupar una banca como concejal que renovó cuatro años más tarde.
En 2015 luego de competir siempre alejado de los espacios políticos predominantes, el PRO lo convenció de que sea el candidato de su espacio en la interna con la radical Vilma Baragiola, a quien derrotó por amplio margen para luego consagrarse intendente en las elecciones generales.La gestión de Carlos Arroyo al frente de la Intendencia no será recordada por los aciertos y logros de gestión, algo que hizo que cuatro años más tarde llegara a la elección en busca de la reelección con su capital político pulverizado.
Tras la derrota electoal de 2019 frente a Guillermo Montenegro, Arroyo se alejó de la vida pública. De hecho, días atrás la Junta Electoral dictó la caducidad de la Agrupación Atlántica, el partido que fundó el exintendente y con el que compitió en la mayoría de las elecciones.
En los últimos meses su estado de salud se había deteriorado y había estado internado en varias oportunidades. El exjefe comunal sufría desde hace tiempo de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), una afección que obstruye la circulación de aire y dificulta la respiración
Fuente: 0223
