"Hay que abandonar la dedocracia", sostuvieron desde la comitiva presidencial. Convencidos de que la representatividad se debe definir en una interna, aseguraron la intención de convocar a una nueva Mesa del Partido Justicialista. Lo que más preocupa al gobierno hoy es la baja participación que están demostrando las elecciones locales. Temen que se replique el ejemplo de la localidad cordobesa de La Falda, en el que la afluencia a las urnas fue de apenas 51 por ciento del total del padrón.
"Los últimos diez años de la democracia argentina no generaron buenos resultados. para la gente y eso genera un efecto desánimo. Empezó en los dos últimos años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, los cuatro de Mauricio Macri y nuestro turno con la pandemia y la guerra", detallan de esta manera la explicación que le encuentran a ese desánimo de participar.
Los últimos resultados que manejan en los despachos oficiales, de la consultora Aurelio, asignan un 34 por ciento de los votos a Juntos por el Cambio, 32 por ciento al Frente de Todos y un 21 por ciento para el espacio de Javier Milei. "Milei es el indignismo, no va a crecer más", dicen despreocupados cuando se les pregunta por la posibilidad de que las tres fuerzas puedan consignar un empate en las urnas y eso aumente la chance de que el representante de la extrema derecha argentina, sin experiencia en gestión, pueda asumir como presidente.
Los nombres de los posibles candidatos siguen sin aparecer: "Sergio Massa dice que no quiere ser candidato, y lo sostiene desde hace un tiempo. Es verdad que en algún momento puede decir que al final sí quiere. Pero hoy en día nombres y alternativas no hay", aseguran.
Ante la consulta sobre el último fuego cruzado de la interna del Frente de Todos, que enfrentó a la ministra de Trabajo Raquel Kelly Olmos y su par en la provincia de Buenos Aires por la implementación de la suma fija, desde la comitiva señalan que "la diferencia ahora es que estamos respondiendo. Antes nos tiraban con todo y nadie respondía. También es cierto que lo que plantean ahora lo hacen de una forma respetuosa", aclaran.
El presidente Alberto Fernández llegó este viernes en un vuelo privado de linea junto a una pequeña comitiva conformada por su entorno más cercano: la primera dama Fabiola Yáñez, el canciller Santiago Cafiero, la portavoz presidencial Gabriela Cerruti y el secretario General de Presidencia Julio Vitobello. Es, esperan, el último viaje que el presidente hará en un avión de linea, y que esté alistado el nuevo avión presidencial de 49 plazas y una suite.
La gira tomó otro color con la confirmación (aún extra oficial) de la Casa Blanca para que se materialice el ya dos veces postergado encuentro con el presidente estadounidense Joseph Biden. La reunión fue postergada por el presidente estadounidense: una vez por que Joe Biden se contagió de Covid, y luego por problemas de agenda.
Esta vez Fernández tiene cita el 29 de marzo en el Salón Oval de la Casa Blanca. Aún con agenda abierta, hay temas que no podrán pasar por alto en el encuentro como el impacto de la guerra de Rusia contra Ucrania para América Latina, e incluso el estado de situación Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Antes de Washington, el Presidente estará dos días en Nueva York en los que aún no cuenta con actividades oficiales. Sin formato confirmado, apuntan a que sea similar al encuentro con el presidente de Brasil Ignacio Lula Da Silva: una reunión uno a uno y con posterior saludo a la delegación.
