
"Las muestras óseas analizadas pertenecen a una única persona adulta, aunque no fue posible determinar sexo, edad precisa ni causa de muerte debido a que se encuentran multifragmentadas y calcinadas", informó esta tarde el Poder Judicial del Chaco mediante un comunicado de prensa, respecto a los huesos hallados la semana pasada junto a un dije en forma de cruz que también se hallaba calcinado y que aparentemente pertenecía a Cecilia.
La conclusión fue adoptada por un equipo interdisciplinario de Antropología, Medicina y Odontología e incorporada al expediente por el presunto femicidio de Cecilia (28), por el que se encuentran detenidas siete personas, entre ellas el marido de la víctima, César Sena, y sus padres Emerenciano Sena y Marcela Acuña.
Además, los expertos tomaron muestras para el procesamiento de análisis genético y que, en caso de obtener ADN, se realizará el cotejo con el perfil genético de los progenitores y/o familiares de la víctima.
Según lo informado, el equipo interdisciplinario que intervino estuvo compuesto por: Anahí Marina Ginarte, antropóloga forense; María Florencia Granton, médica forense; Andrea Viviana Altamirano, odontóloga forense, Instituto Médico Forense de Córdoba; José Luis Gálvez, decano Instituto Médico Forense de Corrientes; Eduardo Schelover, patólogo forense y Raúl Alejandro Aguirre, odontólogo forense del Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCiF) de Chaco.
En la diligencia realizada en la sede del IMCiF también estuvieron presentes Jorge Gómez y Nelia Velázquez, fiscales que integran el Equipo Fiscal Especial (EFE) junto a Jorge Cáceres Olivera.
La periciaLas especialistas analizaron los restos óseos hallados el 22 de junio pasado tras un rastrillaje efectuado en una de las márgenes del Rio Tragadero, lindero a la chanchería del matrimonio de Emerenciano Sena y su esposa Marcela Acuña.
Según un informe previo del IMCiF -al que tuvo acceso Télam-, el primero de ellos mide 3,5 centímetros de largo y 0,7 de ancho y se corresponde a una falange de una mano; el segundo 3,5 centímetros de largo y 1,3 de ancho pertenecen a un dedo del pie; y el tercero de 2,5 centímetros de largo y 2,3 de ancho que "se correspondería a un hueso largo, con uno de sus extremos seccionado, en forma transversal, lo que lo hace estar representado en forma incompleta".
Esos restos fueron encontrados a instancias de la información aportada en su indagatoria por el detenido Gustavo Obregón, chofer de la familia Sena, en el mismo lugar donde se halló el dije en forma de cruz que fue reconocido por familiares como perteneciente a Cecilia.
Este lunes, su esposa, Fabiana González, también detenida e imputada en la causa, pidió ampliar su indagatoria ante los fiscales y admitió haber visto "un bulto envuelto en una manta marrón" en la casa de la familia Sena la tarde del 2 de junio, día en que la joven desapareció, tras lo cual aseguró que salió "corriendo", informaron hoy fuentes judiciales.
González, quien está en principio acusada de ser "partícipe necesaria" del crimen de Cecilia, pidió en las últimas horas una prisión domiciliaria debido a que tiene una hija que está en período de lactancia, lo cual será analizado por el Equipo Fiscal.
Un pedido similar había realizado días atrás la imputada Marcela Acuña, tanto para ella como para su marido Emerenciano Sena, con el argumento de que necesitaban asistencia por cuestiones de salud, pero en ese caso la solicitud fue rechazada por los fiscales.
En tanto, fuentes de la investigación confirmaron a Télam que los peritos hallaron una mancha de sangre aparentemente limpiada con lavandina en un colchón que el matrimonio le habían regalado a un vecino el 6 de junio último y cuyo traslado en un camión de mudanzas quedó registrado en una cámara de seguridad ubicada frente a la casa de los detenidos en la calle Santa María de Oro al 1400, de Resistencia.
En el caso de confirmarse que se trata de un rastro femenino, los fiscales dispondrán un cotejo de ADN con el patrón genético de Gloria Romero, madre de Cecilia, para confirmar si efectivamente es sangre de la joven.
Por otra parte, el EFE aguardaba la entrega del informe final de la División Cibercrimen que peritó los teléfonos de los acusados.
