
Tras una advertencia en chino, el piloto se dirigió a la aeronave P-8A Poseidon de la Marina estadounidense hablando en inglés.
En respuesta, la tripulación del avión estadounidense indicó que estaba "operando con la debida consideración en el espacio aéreo internacional". "Estoy realizando actividades militares lícitas más allá del espacio aéreo nacional de cualquier Estado costero", añadió el piloto.
En un comunicado posterior a este acontecimiento, la Séptima Flota estadounidense sostuvo que su avión había operado de acuerdo con el derecho internacional en el marco de la misión de Washington de defender "los derechos y libertades de navegación de todas las naciones". "El tránsito de la aeronave a través del estrecho de Taiwán demuestra el compromiso de EE.UU. con un Indo-Pacífico libre y abierto", añadió.
El día del incidente, los medios taiwaneses informaron que a la misión de monitoreo de la aeronave militar estadounidense se le unieron varios de los 26 aviones de combate del EPL, incluidos J-10, J-11, J-16 y Su-30, que se habían desplegado sobre el estrecho de Taiwán. El incidente tuvo lugar en un momento en el que las tensiones aumentan entre China y la OTAN, liderada por EE.UU., después de que los miembros de la alianza acordaran protegerse juntos del "comportamiento coercitivo" de China, mientras que Pekín rechazó enérgicamente a las "calumnias y difamaciones" por parte de este bloque militar.