
La CNE había pedido que se evalúe un traslado del feriado del 20 porque, como se sabe, el domingo 19 de noviembre es la fecha del balotaje y los magistrados consideraban que el feriado del lunes puede afectar el presentismo. Hay también una especulación política: que la franja en condiciones de aprovechar esas mini-vacaciones es la de mejor situación económica y, por lo tanto, más afin a votar a la oposición. En el Ejecutivo creen que todo eso es relativo: muchas familias humildes aprovechan para ir a visitar a sus parientes a sus lugares de origen y, por lo tanto, los desplazamientos son a todos los niveles.
Desde el punto de vista técnico, la movida consistía en avanzar con un DNU para re-direccionar una ley, algo que el presidente Alberto Fernández rechaza de manera constante. No le gusta recurrir a una especie de medida monárquica. Y también pesó en la decisión el mensaje de buena parte de las provincias que no querían de ninguna manera se alteren las reservas y viajes previstos para uno de los fines de semana de mayor importancia: en esos tres días se hacen muchas reservas para el verano.
Las decisión, entonces, significa que el feriado no se mueve, que el lunes 20 será feriado nacional por el Día de la Soberanía en conmemoración a la batalla de la Vuelta de Obligado, una de las fechas consideradas más emblemáticas por los historiados. Las fuerzas patriotas conducidas por Juan Manuel de Rosas enfrentaron la invasión de una flota anglo-francesa en las cercanías de la localidad bonaerense de San Pedro.
"El ejercicio del derecho electoral es una obligación para los ciudadanos y las ciudadanas argentinas, que, como tantas otras obligaciones, han sabido compatibilizar con sus otras actividades", redondea la respuesta del Ejecutivo.