A pesar de las promesas iniciales de Milei durante su gestión, el Gobierno aún no ha establecido una fecha para la convocatoria del Consejo del Salario, crucial para acordar un nuevo aumento. Este retraso genera preocupación, especialmente ante la amenaza de un paro general programado para el 24 de enero.
Sin la actualización solicitada por los gremios, el salario base permanece notablemente inferior a la canasta básica, fijada en alrededor de medio millón de pesos para una familia de cuatro personas en enero de 2024. Incluso se sitúa por debajo de la línea de indigencia de $240.678.
El economista Jorge Barreto destaca la alarmante situación al analizar el poder adquisitivo del salario mínimo en términos de kilos de pan. Según su estudio, el SMVM actualmente permite comprar 87 kilos de pan, marcando una reducción del 63% en comparación con el año anterior.
Este deterioro se evidencia aún más al considerar que, en 24 años, el kilo de pan ha aumentado en un asombroso 128,471%, mientras que el salario mínimo ha experimentado un aumento del 77,900%. Barreto subraya que la pérdida de poder adquisitivo en este período, medida en kilos de pan, es del 40%.
Otro análisis revela que el poder adquisitivo del salario respecto a la nafta ha mejorado en un 17% desde el año 2000, proporcionando un indicio de la disparidad de los precios relativos.
En relación con la canasta básica total, que representa el umbral de la pobreza para una familia de cuatro personas, el SMVM se queda corto, siendo necesario 3,2 salarios mínimos para cubrirla.
Con perspectivas de inflación superiores al 200% para 2024, el panorama a corto plazo no augura una recuperación del poder adquisitivo del salario, dependiendo de factores como el crecimiento económico, la desaceleración de la inflación y el comportamiento de la pobreza. Dada su importancia, el salario mínimo no solo afecta a los empleos formales sino también a los informales, sirviendo como referencia para los planes sociales en Argentina, como el Potenciar Trabajo.