El proceso implementado involucra la conducción de afluentes a través de la red colectora hasta la planta de tratamiento, donde se realiza una homogeneización de tipo anaeróbico en el pozo de bombeo. Posteriormente, el flujo pasa por un sedimentador primario y un reactor biológico, donde, mediante el sistema de barros activados, se lleva a cabo la depuración por microorganismos. Después, el líquido clarificado pasa por un sedimentador secundario, preferentemente incorporado dentro del mismo módulo. Finalmente, el agua se desinfecta antes de ser vertida.
Este logro no solo satisface las aspiraciones de los residentes de El Cruce, sino que también conlleva mejoras significativas en la calidad de vida, un impacto positivo en el medio ambiente y un estímulo económico para las familias.