
Parada obligada para todos quienes pasan por Pehuajó, la estatua de Manuelita fue restaurada por su creador, Tete Citterio.

La tradicional escultura de Manuelita, uno de los íconos más queridos por locales y visitantes de Pehuajó, volvió a lucir en todo su esplendor luego de ser restaurada por su creador, el artista Tete Citterio. La figura, emplazada a la vera de la Ruta Nacional N° 5, es desde hace años parada obligada para quienes recorren la zona.
Incluso esa pasión por Manuelita ha traído algún que otro embotellamiento cuando se detienen a fotografiarse junto a la tortuga imaginada por María Elena Walsh en 1963.
El “lifting” de Manuelita
La pintaron con barniz, sí, pero no en la capital francesa sino en Pehuajó. Así, con los trabajos de restauración de Citterio, Manuelita recuperó sus colores característicos y su aspecto original, quedando lista para seguir dando la bienvenida a los turistas.
Desde el área de Cultura Municipal destacaron la relevancia de conservar este tipo de espacios y expresiones artísticas que forman parte del patrimonio colectivo. En ese sentido, remarcaron: “Aprovechamos para recordar la importancia de cuidar nuestros espacios públicos, para que todos podamos seguir disfrutándolos y compartiéndolos con quienes nos visitan”.
Claro que Manuelita no es la única obra de Tete Citterio: en estos meses se sumaron Clemente, Larguirucho, Hijitus y Pichichus al mundo animado de Pehuajó.
Fuente: Diarios Bonaerenses
