El exmandatario habló de una Argentina "a la deriva, sin conducción, aislados del mundo, solos", donde prevalece el miedo de miles de argentinos "a quedar sin trabajo, a necesitar ayuda para la salud y no conseguirla, a que la jubilación no alance, a que nos roben, a nuestros hijos se vayan del país".
"Ese es el temor a que todo empeore aún más y convierta al futuro en una amenaza, en vez de esperanza", indicó Macri. Pero aseguró tener "la convicción de que este tiempo oscuro, ya empezó a terminar" y que la decisión de los argentinos será "dejarlo atrás, para siempre".
Y acusó a los líderes mesiánicos "en los que muchos argentinos de buena fe depositaron sus esperanzas" desde hace 80 años, un "liderazgo paternalista" que se fundamenta en el autoritarismo y el capitalismo de amigo. Macri remarcó que ese modelo, en el que nunca creyó, terminó siendo muy dañino para el país porque "desalentó a los argentinos a asumir su propia responsabilidad en los cambios que querían para su vida".
"Esa subordinación nos trajo hasta acá", acusó.
"Juntos por el Cambio ha logrado superar esa falsa ilusión del individuo salvador", ratificó Macri quien aseguró que "no nos vamos a dejar pisotear más por el populismo" y que confía en que "la sana competencia" haga emerger a los mejores. Comparó con el triunfo de la selección argentina y el juego en equipo de Lionel Messi con cada uno de los jugadores. "Todos lucharon y al final todos ganaron. No ganó el líder, ganó el equipo".
De ese mismo modo afirmó que gobernaron entre 2015 y 2019, en equipo. Y advirtió que deben estar muy atentos porque en situaciones de emrgencia vuelven las personalidades mesiánicas. En ese contexto prometió que seguirá trabajando "con la seguridad que los argentinos hemos madurado y no nos vamos a dejar pisotear más por el populismo."
"Nunca más vamos a tener una marioneta como Presidente", fustigó.