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Foto: prensa PBA (archivo) |
En ese contexto paradójico y antagónico, los 135 intendentes de la provincia (opositores o no a Kicillof) vieron con optimismo que el gobernador de la principal provincia argentina, la que concentra casi el 40% de la población total del país, se mostrara en contrapunto a los poco auspiciosos anuncios del gobierno nacional. Incluso la mayoría de los alcaldes radicales, entre ellos el de Balcarce, Esteban Reino, hasta osaron mostrar en los medios locales de sus respectivos distritos una postura casi de exigencia con el Ejecutivo provincial, soslayando que en gran parte fueron responsables, por acción u omisión, de que Milei ocupe el sillón de Rivadavia.
Continuando con su perfil de inversión pública sin discriminar lugar ni color político, el gobierno provincial anunció en las últimas horas un nuevo desembolso para las obras en el autódromo "Fangio" de Balcarce, brindando así la tranquilidad de que lo comprometido sigue en pie a pesar de los desbarajustes con los que avanza el gobierno nacional.
Por otro lado, este miércoles a través del boletín oficial se informó por parte de la Provincia el llamado a licitación para una segunda etapa para la ejecución de bacheo asfáltico en nuestra ciudad. El presupuesto oficial es de 30,2 millones de pesos, y la apertura de los sobres con las ofertas se realizará el próximo jueves 18 de enero.
Todo parece indicar que la obra pública en la provincia de Buenos Aires definitivamente estará supeditada solo a la gestión de Kicillof. Esto significa que muchos son los distritos que quedarán con obras inconclusas o directamente frustradas sin inicio, ya que dependían de la financiación del Estado nacional. En Balcarce, por ejemplo, la desaceleración en tareas de pavimentación prácticamente llegó a cero, dado el desmantelamiento del programa "Argentina Hace", a través del cual muchísimas calles de la ciudad pudieron ser asfaltadas luego de años de reclamos.
En la misma situación quedaría la rotonda de la Plaza Libertad, con la pirámide, pasarelas y bancos en estado de abandono, en el marco de la restauración del legado arquitectónico de Francisco Salamone, obra paralizada incluso desde antes que asumiera la nueva gestión nacional de Javier Milei.