Un informe del INTA refiere a un paulatino retiro de "El Niño", el fenómeno asociado con las lluvias.
(NA) - El fenómeno conocido como La Niña, parte integral de un ciclo climático global natural denominado El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), podría manifestarse nuevamente a partir de mediados de 2024, según los últimos informes agrometeorológicos emitidos por el Instituto Nacional de Tecnología Agrícola (INTA).
Este fenómeno, tradicionalmente vinculado a periodos de sequía, podría volver a tener presencia tras haber experimentado El Niño, el cual trajo consigo un prolongado período de sequías en la región.
El INTA reportó que, según las proyecciones para el trimestre febrero-marzo-abril, se espera un debilitamiento en los valores cálidos de la temperatura en el océano Pacífico Ecuatorial, indicando así un posible declive de El Niño tras la temporada de verano y los primeros meses del otoño. Se prevé que El Niño persista durante el resto del verano y el inicio del otoño, pero con una transición hacia una fase neutral del ENSO para el trimestre abril-junio. Posteriormente, hacia julio-septiembre de 2024, existe una alta probabilidad (más del 60%) de que La Niña se imponga.
Sin embargo, aún no se ha determinado cómo podría afectar este cambio de fenómeno a la cantidad de lluvias en la región. Los expertos señalan que se anticipa que La Niña comience a prevalecer a partir de septiembre, luego de un período de transición suave de aproximadamente tres meses. Sin embargo, las variaciones observadas en los últimos años no garantizan con certeza estos pronósticos.
El Niño y La Niña son fenómenos climáticos globales que tienen repercusiones en todo el planeta. El Niño se caracteriza por el calentamiento de las aguas superficiales en la región ecuatorial del océano Pacífico y suele asociarse con un aumento de las precipitaciones en varias zonas de Sudamérica, lo que puede resultar en beneficios o perjuicios para la agricultura, incluyendo inundaciones y crecidas de ríos.
Por otro lado, La Niña, caracterizada por el enfriamiento de las aguas superficiales del Pacífico, suele estar relacionada con períodos de sequía. En Argentina, por ejemplo, La Niña provocó pérdidas en la actividad agropecuaria durante 2022-2023 estimadas en unos 15 mil millones de dólares.
El INTA reportó que, según las proyecciones para el trimestre febrero-marzo-abril, se espera un debilitamiento en los valores cálidos de la temperatura en el océano Pacífico Ecuatorial, indicando así un posible declive de El Niño tras la temporada de verano y los primeros meses del otoño. Se prevé que El Niño persista durante el resto del verano y el inicio del otoño, pero con una transición hacia una fase neutral del ENSO para el trimestre abril-junio. Posteriormente, hacia julio-septiembre de 2024, existe una alta probabilidad (más del 60%) de que La Niña se imponga.
Sin embargo, aún no se ha determinado cómo podría afectar este cambio de fenómeno a la cantidad de lluvias en la región. Los expertos señalan que se anticipa que La Niña comience a prevalecer a partir de septiembre, luego de un período de transición suave de aproximadamente tres meses. Sin embargo, las variaciones observadas en los últimos años no garantizan con certeza estos pronósticos.
El Niño y La Niña son fenómenos climáticos globales que tienen repercusiones en todo el planeta. El Niño se caracteriza por el calentamiento de las aguas superficiales en la región ecuatorial del océano Pacífico y suele asociarse con un aumento de las precipitaciones en varias zonas de Sudamérica, lo que puede resultar en beneficios o perjuicios para la agricultura, incluyendo inundaciones y crecidas de ríos.
Por otro lado, La Niña, caracterizada por el enfriamiento de las aguas superficiales del Pacífico, suele estar relacionada con períodos de sequía. En Argentina, por ejemplo, La Niña provocó pérdidas en la actividad agropecuaria durante 2022-2023 estimadas en unos 15 mil millones de dólares.