El anuncio del Gobierno de modificar el nombre del Centro Cultural Kirchner (CCK) ha generado una variedad de reacciones entre dirigentes políticos, desde celebraciones hasta críticas y propuestas alternativas.
El diputado nacional del PRO Hernán Lombardi expresó su satisfacción por la decisión y destacó que la denominación anterior fue un intento del kirchnerismo de imponer una visión sesgada de la Argentina. Lombardi, quien había intentado cambiar el nombre durante su gestión en el Gobierno de Mauricio Macri, propuso que la institución pase a llamarse “Centro Cultural Argentina”, con el objetivo de representar a todos los ciudadanos.
Por su parte, la diputada del PRO Silvia Lospennato elogió la decisión de cambiar el nombre del CCK y sugirió un proceso transparente y participativo para seleccionar la nueva denominación. Aunque expresó su preferencia por el nombre "CCBorges", enfatizó la importancia de involucrar a la comunidad en esta decisión.
El ex secretario de Cultura y Comunicación de la Nación Darío Lopérfido también respaldó la medida y lamentó que no se haya tomado durante el Gobierno de Macri. Consideró que cambiar el nombre del CCK es un paso importante para corregir las apropiaciones del espacio público realizadas por el kirchnerismo.
Sin embargo, desde Unión por la Patria, la senadora nacional Juliana Di Tullio ironizó sobre la prioridad del Gobierno al cambiar el nombre del centro cultural, sugiriendo que hay otras cuestiones más urgentes que abordar.
En la misma línea, el diputado Eduardo Toniolli lanzó una chicana al Gobierno al proponer que el CCK se llame “Centro Cultural El Ajuste Lo Pagan Los Jubilados”, insinuando críticas hacia las políticas económicas del oficialismo.
La decisión de cambiar el nombre del CCK aún debe pasar por un proceso legislativo, pero el anuncio del Gobierno ha desencadenado un debate intenso y refleja las diferentes visiones y prioridades políticas en el país.