La segunda edición de “Café con aroma de Mujer” se llevó a cabo en la Casa del Bicentenario con una gran concurrencia, creando un ambiente cálido y emocionante.
El evento, conducido por Edith Meier, Florencia Piacente, Luciano Cristaldo y “Nito” Lezcano, estuvo impregnado de poesía y emociones. Silvia Verdina cautivó al público con su monólogo teatral, mientras que el grupo Mozart, dirigido por Alegra Adobatti, deleitó con su danza. Valentina Bilota y Alberto Roberto brindaron su talento vocal, y Raúl Garrido junto a Daiana Schimpf ofrecieron una intervención que combinó danza y maquillaje artístico, sumergiendo al público en un mundo de ensueño.
El guion y la coordinación, a cargo de “Nito” Lezcano, unieron las distintas disciplinas bajo el lema "Mil mujeres en una mujer", inspirado en el poema "Mujeres" de Juan Gelman. Entre los textos presentados se incluyeron obras de Alfonsina Storni, Alejandra Pizarnik, Gustavo Adolfo Bécquer y José Martí.
Además, el evento contó con un componente solidario, ya que el buffet estuvo a cargo de la Sociedad de Protección a la Infancia.
La jornada, que se extendió por dos horas, contó además sobre el final con la lectura del siguiente poema escrito por “Nito” Lezcano, en homenaje a Irene Rodríguez:
IRENE
Cómo despedir a una mujersi nos faltará su sensibilidad,
si extrañaremos su estilo,
si los colores nos la recordarán,
si su curiosidad era imparable.
Cómo despedir a una madre
si su voz resonara en nuestra memoria,
si su presencia era un regalo,
si sus abrazos eran la ternura,
si sus consejos se contaban por cientos.
Cómo despedir a una trabajadora
si su labor era intachable,
si su conducta era incorruptible,
si su responsabilidad era su bandera,
si su pasión movilizaba cada acción.
Cómo despedir a una esposa
si eran dos pero se veían como uno,
si la complicidad era eterna,
si su compañía era refugio,
si el amor sigue intacto.
Cómo despedir a una amiga
si las risas y las charlas eran únicas,
si su silueta seguirá paseando por los boulevares,
si nos sorprendían sus sueños,
si quedaban motivos para festejar.
Cómo despedirla a ella
si al nombrarla se dibuja una sonrisa,
si su sombra nunca nos abandonará,
si su legado se mantendrá en todos nosotros,
si los que nos dejó hará que viva por siempre... Irene.
“Desde la Subsecretaría se agradece a todos los colaboradores, siempre comprometidos con la Cultura y con esta Casa, así como al público que dio el marco necesario para que la noche del sábado se convierta en una mágica noche”, destacó César De Gerónimo.
si su presencia era un regalo,
si sus abrazos eran la ternura,
si sus consejos se contaban por cientos.
Cómo despedir a una trabajadora
si su labor era intachable,
si su conducta era incorruptible,
si su responsabilidad era su bandera,
si su pasión movilizaba cada acción.
Cómo despedir a una esposa
si eran dos pero se veían como uno,
si la complicidad era eterna,
si su compañía era refugio,
si el amor sigue intacto.
Cómo despedir a una amiga
si las risas y las charlas eran únicas,
si su silueta seguirá paseando por los boulevares,
si nos sorprendían sus sueños,
si quedaban motivos para festejar.
Cómo despedirla a ella
si al nombrarla se dibuja una sonrisa,
si su sombra nunca nos abandonará,
si su legado se mantendrá en todos nosotros,
si los que nos dejó hará que viva por siempre... Irene.
“Desde la Subsecretaría se agradece a todos los colaboradores, siempre comprometidos con la Cultura y con esta Casa, así como al público que dio el marco necesario para que la noche del sábado se convierta en una mágica noche”, destacó César De Gerónimo.