
En el seno del Ejecutivo de Balcarce se vivió una semana cargada de tensiones, marcada por la situación alrededor de las negociaciones paritarias con las y los trabajadores municipales, las cuales el Gobierno local dilató hasta donde pudo intentando no ceder terreno, lo que provocó las medidas de fuerza con retención de tareas que finalmente terminaron siendo condicionantes para que se arribara a un acuerdo.
A diferencia de otras oportunidades, y sin ninguna duda en el contexto de crisis económica generalizada que atraviesa el grueso de la clase trabajadora, la solidez del reclamo encabezado por el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) se vio reflejada en la alta adhesión que tuvo la misma en diferentes áreas estatales de la ciudad.
Acostumbrados a pregonar el superávit, desde el Municipio se vieron en una encrucijada al no poder responder de manera expeditiva a la solicitud gremial, dado que el ajuste del Gobierno de Javier Milei, no importa desde dónde se lo mire, indefectiblemente afectó las arcas y el funcionamiento general de todas las comunas, incluso las de aquellas que por acción u omisión hicieron lo posible para que el libertario esté hoy ocupando el sillón de Rivadavia.
Esta situación, según contó a este medio una fuente allegada al núcleo del Ejecutivo, habría desnudado, frente al reclamo gremial, las diferencias -aparentemente insalvables- entre algunos de los funcionarios de más alto rango y sus distintas posturas al respecto. Incluso se habrían escuchado gritos y amenazas de renuncia frente a lo que, para algunos, el hecho de ceder ante el STM sería una señal de derrota.
Sin ir más lejos, basta recordar que días pasados el secretario de Gobierno Ricardo Stoppani luego de ofrecer un aumento del 13% en los haberes de los municipales, expresó públicamente que se trataba del “máximo esfuerzo” que se podía hacer en materia financiera, resaltando incluso que esa cifra se encontraba por encima de la inflación, al tiempo que pronosticó que ese índice seguirá a la baja. Esta misma mirada sería compartida por el secretario de Hacienda, Francisco Ridao, quien coincidiría en no ceder en la diferencia porcentual en el incremento de los sueldos. En lo que no se pusieron de acuerdo es en lo que Ridao manifestó en medios locales: “La inflación sube y la coparticipación baja”. Pero es solo un pequeño detalle discursivo.
Este viernes, cuando desde el día anterior ya se encontraba resuelto el conflicto gremial y se suponía que retornaría la armonía a la Comuna, todo se precipitó en más discusiones. El sabor amargo de quienes se oponían al acuerdo no habría cesado, llegando a protagonizar cruces con el propio intendente Esteban Reino: según trascendió, lógicamente el titular del Ejecutivo quería tener resuelto el problema cuanto antes, sobre todo “cuando tenés 150 tipos reclamando en la puerta de la Municipalidad”, lo que habría derivado en fuertes altercados y pases de factura acerca de sus distintas formas de proceder.
Por si fuera poco, la Municipalidad experimentó durante los últimos dos días inconvenientes en su sistema informático, llegando a la caída total del servicio este viernes, afectando entre otras funciones a las liquidaciones y posterior depósitos de sueldos. Esto no le habría caído nada bien a Reino, quien habría vuelto a arremeter contra el titular de las finanzas por su austeridad extrema, ocasionando que se deba contar con equipamiento “atado con alambre”. En yunta con el intendente, otro funcionario le habría reprochado que esa misma moderación en los gastos no rige con “las empleadas bonificadas de ArBal”.
A juzgar por las consecuencias, se podría decir que se trató de una victoria del gremio y de sus trabajadores, independientemente de que la cifra acordada satisfaga a la mayoría de ellos o no dada la evidente caída del poder adquisitivo, debido a la suba descontrolada de todos los precios. Y también que lo vivido durante los últimos días dejó heridos en el corazón de la gestión municipal. ¿Será el puntapié inicial para que quienes aspiran a suceder a Reino en el poder empiecen a jugar abiertamente cada cual sus fichas? El tiempo lo dirá.