La ingeniera agrónoma y paisajista Haydée Melograno analizó el estado del arbolado de la Plaza Libertad, un tema que cobró relevancia en los últimos meses tras la caída de varias ramas de gran porte. En septiembre de 2024, una de ellas se desprendió y cayó sobre la pieza conocida como "El Honguito", destruyéndolo por completo, mientras que durante la última edición de la Fiesta Nacional del Automovilismo, otro enorme gajo se precipitó cerca de uno de los food trucks del patio gastronómico. Afortunadamente, en ninguno de los casos hubo víctimas, pero los incidentes reavivaron el debate sobre la necesidad de un diagnóstico profundo del arbolado urbano.
Melograno recordó que hace 12 años, a pedido del entonces intendente José Enrique Echeverría, llevó a cabo un relevamiento de la plaza con el objetivo de evaluar el estado de los árboles y elaborar un presupuesto para su mantenimiento. Sin embargo, el proyecto nunca avanzó. "Tal vez hubo razones políticas detrás de eso, no lo sé. Lo cierto es que di lo mejor de mí, al igual que mi equipo, que trabajó sin cobrar nada. Aun así, sigo creyendo que era necesario un análisis más exhaustivo", comentó en diálogo con El Diario.
Para la especialista, los árboles no solo cumplen una función ambiental, sino que también tienen un fuerte valor histórico y social. “Trabajamos con espacios complejos. Un árbol no siempre tiene un ciclo de vida corto; muchas veces son más longevos que nosotros y conectan a varias generaciones. En el caso de la Plaza Libertad, su importancia va más allá de lo estético, ya que forma parte de la identidad y la historia del pueblo”, explicó.
En relación al relevamiento de 2012, Melograno recordó que en aquel entonces se buscaba atender las preocupaciones de los vecinos sobre el deterioro del arbolado y la posible caída de ramas. "Junto al secretario de Obras Públicas de ese momento, el señor (Carlos) Cortés, realizamos un diagnóstico y presupuesto para solucionar problemas como la sequía de algunos ejemplares y el riesgo de caída de ramas. En ese momento, se propuso reemplazar los tilos por otra especie más adecuada, pero también se planteó la necesidad de consultar a la comunidad antes de tomar decisiones", detalló.
Desde su perspectiva, el análisis no debe limitarse a una especie en particular, sino que es necesario evaluar el conjunto del arbolado. Además de los tilos, advirtió sobre posibles problemas con las coníferas y subrayó la importancia de basarse en criterios técnicos y científicos.
Sobre la gestión actual del espacio verde, consideró que el mantenimiento se realiza de manera reactiva, es decir, atendiendo los problemas a medida que surgen, pero sin un plan de acción a largo plazo. "Así como en medicina la prevención es clave, el manejo de los espacios públicos también debería serlo. Es fundamental anticiparse a los problemas con una política de espacios verdes que contemple recursos humanos y económicos suficientes. En todo el mundo, las plazas y parques centrales requieren un diagnóstico previo y una planificación estructurada", afirmó.
Finalmente, Melograno resaltó la importancia de preservar el legado de generaciones pasadas. "En muchas ciudades se trabaja bien en este aspecto, pero en otras la falta de planificación es evidente. Es triste, porque estos espacios fueron creados por nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, quienes plantaron los primeros árboles de la plaza. Hoy somos nosotros los responsables de su conservación y renovación", concluyó.
