
La última jugada proteccionista de Donald Trump, disfrazada de celebración del "Liberation Day", no ha hecho más que desatar el caos en los mercados globales. Con la imposición de aranceles a casi todas las exportaciones hacia Estados Unidos, el exmandatario republicano ha reavivado las tensiones comerciales, demostrando una vez más su desprecio por la estabilidad económica internacional. Pero mientras el mundo reacciona, Argentina, bajo el régimen de Javier Milei, se hunde más rápido que el resto, evidenciando la fragilidad de un modelo económico basado en la improvisación y el fanatismo ideológico.
El efecto dominó de la arrogancia de Trump
China, como era previsible, no se quedó de brazos cruzados y respondió con un contundente arancel del 34%, alimentando una guerra comercial que solo beneficia a los halcones económicos de ambos bandos. Los mercados reaccionaron con pánico: el Dow Jones cayó un 5,4%, y las bolsas latinoamericanas sufrieron pérdidas generalizadas. Pero ninguna tan brutal como la de Buenos Aires, donde el S&P Merval se desplomó un 7,4%, con acciones como Supervielle, TGS e YPF liderando el desastre.Mientras otras economías de la región registraban caídas moderadas (entre 1% y 3%), Argentina volvió a destacarse por lo peor. El riesgo país, ese termómetro de la desconfianza internacional, superó los 900 puntos básicos, alcanzando su nivel más alto desde noviembre del año pasado. ¿La razón? Un cóctel explosivo entre la incertidumbre global y la política errática del régimen de Milei, que sigue creyendo que con discursos libertarios y ajustes salvajes se puede atraer inversión.
El dólar en fuga y un Banco Central en agonía
Los dólares financieros no tardaron en reaccionar: el MEP trepó a $1.340, el contado con liqui a $1.337, y el blue, aunque estable, se mantuvo en niveles alarmantes ($1.310). Mientras tanto, el Banco Central, bajo la lógica cortoplacista del Gobierno, sigue quemando reservas a un ritmo insostenible: en solo tres semanas vendió casi US$ 3.000 millones, dejando las reservas netas en un crítico US$ 25.119 millones.Es difícil decidir qué es más irresponsable: si la política comercial de Trump, que revive los peores fantasmas del proteccionismo, o la terquedad del verborrágico Milei, que insiste en desmantelar el Estado sin ofrecer un plan creíble para contener la crisis. Mientras el mundo se prepara para una nueva era de inestabilidad, Argentina parece condenada a ser el eslabón más débil, gracias a un liderazgo que confunde la ideología con la economía.
Con Trump y Milei, el único "liberation" que se vislumbra es el de los capitales fugándose a toda velocidad.