
En su segunda declaración ante el fiscal Rodolfo Moure, Sofía Ibarra (44 años) mantuvo que la muerte de Juan Melucci —su pareja, ocurrida el 26 de abril en una quinta de Balcarce— fue un accidente. Ahora representada por la abogada penalista Luz Alonso Proto, la mujer profundizó en los episodios de violencia que habría sufrido durante su relación intermitente con la víctima.
Ibarra describió una dinámica de control y agresiones que comenzó hace más de diez años. "Los hechos eran bastante repetidos, de vigilarme y aparecerse a cualquier hora", declaró, explicando que no realizó denuncias por temor a represalias. Pese a esto, continuó la relación porque "lo amaba" y creía en un posible cambio, incluso ante frases como "me voy a matar si no volvés".
La pareja se había reconciliado en enero de este año después de casi cuatro años separados, decisión que Ibarra ocultó a sus hijos. La noche del incidente, tras discutir en dos boliches, Melucci la llevó a la quinta contra su voluntad. Allí, según su relato, la golpeó hasta hacerla sangrar, lo que la llevó a enviar audios pidiendo ayuda a una amiga.
Al forcejear por una escopeta que Ibarra tomó para "asustarlo", el arma se disparó. "Nunca escuché el disparo, no recuerdo tampoco si puse el dedo en el gatillo, solo recuerdo haber tironeado para atrás", afirmó, sosteniendo que creía el arma descargada —según prácticas que atribuyó a Melucci— y que no notó cuándo accionó el gatillo.
La investigación continúa con el análisis pericial del arma y los audios como pruebas centrales, mientras organizaciones de género monitorean el caso por el contexto de violencia denunciado.