El Gobernador cerró el plenario de militancia en Santa Clara del Mar. Contrapuso su gobierno al de Milei y se presentó como una alternativa nacional.
(DIB) - El gobernador Axel Kicillof cerró este sábado un plenario de militancia en la ciudad de Santa Clara del Mar con un extenso discurso centrado en la crítica al gobierno de Javier Milei, al que llamó “la más inmensa estafa electoral que haya habido”, al tiempo que reivindicó su administración como la contracara d las políticas nacionales y las proyectó como parte de un programa para recuperar el poder que sintetizó en una frase con resonancia en la interna peronista: “no se trata de volver mejores, se trata de mejorar para volver“.
El acto en el municipio de Mar Chiquita forma parte de la construcción de un espacio político propio del “kicillofismo” dentro del peronismo, y fue organizado por uno de sus ministros que más activamente trabajan en ese objetivo: Andrés “El Cuervo” Larroque. Realizado bajo la consigna “La Patria no se vende”, sumó la presencia de intendentes, legisladores y dirigentes sindicales y de organizaciones sociales de diversos sectores, excepto del camporismo y el cristinismo más duro, que recelan de los plantes de Gobernador.
“Milei no va a ser recordado por ser el libertario más importante del mundo, sino por la manera en la que reprimió a los jubilados y por el gas pimienta que le tiraron a una nena de 10 años. Ni los niños ni los grandes: los únicos privilegiados de Milei son los bancos de inversión, los millonarios evasores y las grandes transnacionales”, dijo Kicillof en el tramo final de un discurso en el que describió a las políticas económica nacional como una continuidad de los ajustes de “Martínez de Hoz (durante la dictadura); Menem y Macri”.
Antes de esa definición, Kicillof había dicho que Milei es una “estafa electoral” porque prometió ajustar a “la casta” pero “ahora nos queda claro que para él la casta es el pueblo”. También le reprochó que “gobierna con los que salieron terceros”, en referencia a los ministros Caputo (Economía), Bullrich (Seguridad) y Sturzenegger (Desregulación): “No solamente nadie los votó para volver a hacer los desastres que ya hicieron, sino que se votó específicamente en contra”, fustigó el gobernador en un tramo encendido de su discurso.
Un eje central que desarrolló a lo largo de toda su presentación fue la contraposición del modelo nacional con el que desarrolla él desde el gobierno bonaerense. En un pasaje, habló de una “pantalla partida” en la que se ve “un gobierno nacional que quita y la provincia que hace todos los esfuerzos para complementar y sustituir”. A los recortes de Milei hacia las provincias los llamó, directamente, “un intento de disolución nacional”. Y, en ese marco, dijo “estamos obligados a hacer que Milei cumpla con la Constitución Nacional”.
Fue una manera implícita de postular su política en la provincia como una alternativa de poder nacional, en un acto en el que fue interrumpido al menos una vez por cánticos de la militancia que proponían “¡Axel Presidente!”, ante lo cual la dirigencia en el palco y la primeras finales de se puso de pie y aplaudió. En varios pasajes se refirió a la cooperación de Buenos Aires con otras provincias, a sus contactos con gobiernos de otros países: una forma de plantear la consigna “Axel o Milei”, que se lee en las pintadas.
Kicilof insistió en que Milei ataca a todas las provincias pero particularmente a Buenos Aires porque aquí perdió las elecciones. Admitió que la estrategia de “sustituir” a la Nación allí donde “deserta” tiene “límites” porque el presupuesto los tiene, pero desafió: “Esto no es el sálvese quien pueda: que haya ganado Milei no significa que hayamos comprado el discurso del individualismo; sé que hay un pueblo bonaerense que está dispuesto a ayudar y contribuir con todo el país para suplir la ausencia del Gobierno nacional”.
“Hemos firmado convenios con otras provincias y nos hemos puesto a disposición antes situaciones difíciles. Esto no es el sálvese quien pueda: que haya ganado Milei no significa que hayamos comprado el discurso del individualismo; sé que hay un pueblo bonaerense que está dispuesto a ayudar y contribuir con todo el país para suplir la ausencia del Gobierno nacional”, agregó.
El Gobernador hizo hincapié en que Milei “está aplicando las mismas recetas económicas de siempre: un ajuste salvaje; la desregulación de todos los precios; apertura de las importaciones; tarifas en dólares; y salarios bajos. Nada de original, esta política ya está teniendo resultados calamitosos”. Y señaló lo que a su juicio son las consecuencias: “vemos cómo se deterioran los indicadores de despidos, de salarios y de cierre de empresas”. Lo definió como “un modelo de precarización y de primarización de la economía”.
Kicillof planteó un programa político para consolidar la oposición a Milei e intentar disputarle el poder: “La tarea es clara, se trata de organizar la solidaridad”, lanzó, luego de reivindicar su participación en las protestas en las calles que hubo contra el Presidente, algunas organizadas por la dirigencia sindical, de las que no participaron Cristina Kirchner ni Sergio Massa. “La provincia se organiza porque la provincia no se vende”, arengó en ese sentido.
Y cerró con una frase con fuerte resonancia interna: “Ya no se trata de volver mejores sino de mejorar para volver”. Se trató de un inversión del slogan del kirchnerismo a tono con su consigna de inventar “nuevas canciones” para que el peronismo recupere el poder.
El acto de Kicillof se realiza horas después de uno que encabezó Cristina Kirchner en Merlo, del que participo el Gobernador al cabo de una semana de intensificación de la tensión interna con La Cámpora y una semana antes de otro que, el viernes, encabezará Máximo Kirchner en La Plata.