

En la noche de este jueves, el Honorable Concejo Deliberante (HCD) de Balcarce fue escenario de un intenso debate político que culminó con la aprobación, por mayoría oficialista, de un convenio impulsado por el Departamento Ejecutivo. El acuerdo otorga a la empresa Balcarbus S.A. —prestadora del servicio de transporte público en la ciudad— un subsidio mensual en especie equivalente a 1.000 litros de gasoil, con el objetivo de mantener operativo un servicio que, según el oficialismo, se encuentra en riesgo de desaparición por su crisis financiera.
Sin embargo, el convenio generó fuertes objeciones por parte de los bloques de Unión por la Patria (UxP) y Frente de Todos (FdT), que votaron en contra. El eje de las críticas se centró en la inconsistencia de los argumentos oficiales, particularmente en lo que respecta al volumen de combustible comprometido, que —según lo expuesto por la concejala Viviana Erreguerena (UxP)— excede ampliamente lo necesario para cubrir los servicios adicionales que se plantean como contraprestación.
Un acuerdo que genera más dudas que certezas
El convenio, convalidado por el Decreto 1018/25, establece que el municipio aportará mensualmente 1.000 litros de gasoil hasta fin de año, con el objetivo de cubrir un servicio adicional de 1.200 kilómetros mensuales, destinados al traslado de sectores sociales vulnerables. A cambio, Balcarbus debe garantizar la continuidad del servicio regular y prestar nuevos servicios: el traslado de alumnos de la Escuela 502, operarios del Taller Protegido y empleados municipales.![]() |
Gonzalo Scioli (Juntos). |
En su intervención, el concejal Gonzalo Scioli (Juntos) defendió el convenio subrayando que se trata de “una ayuda para una empresa que está al borde del quebranto” y sostuvo que el aporte es una manera de “agudizar el ingenio” para evitar más aumentos en el precio del boleto. Aseguró también que el subsidio responde a la necesidad de asistir a quienes dependen del transporte público, a menudo personas sin otros medios de movilidad.
Pero fue Erreguerena quien puso en duda los fundamentos técnicos del acuerdo. “Sacamos cuentas, preguntamos y nos asesoramos. El convenio habla de 1.200 kilómetros adicionales, y para realizar esa distancia se necesitan alrededor de 300 litros mensuales, no mil”, advirtió. Y concluyó con contundencia: “Hay 700 litros mensuales que se podrían transformar en servicio”.
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Viviana Erreguerena (UxP). |
La concejala reclamó que la diferencia se utilice para aumentar la frecuencia de los colectivos, especialmente en la Línea 501, que transporta unos 400 pasajeros diarios y circula apenas una vez por hora. También señaló la necesidad de restituir los recorridos eliminados en barrios como El Cruce, San Agustín y Los Pinos.
Un subsidio sin presupuesto y sin números claros
Martín Pérez (FdT) profundizó en las críticas al advertir que el subsidio, que estimó en $1.300.000 mensuales, no está presupuestado, y deberá salir de partidas municipales ya asignadas. “No tenemos los costos reales de la empresa. Todos los aumentos que ha solicitado se le han dado. Y ahora se le da gasoil en un nuevo aumento encubierto”, sostuvo. “Llevan a 16 personas, lo que representaría un monto de alrededor de $600.000 en boletos. Estamos dándoles más del doble en combustible”.La falta de información sobre los ajustes internos realizados por la empresa también fue motivo de crítica. “No sabemos cuál es la estructura administrativa de Balcarbus, qué ajuste ha hecho, ni cuál es su situación real. Solo tenemos el relato de que está en crisis”, concluyó Pérez.
Desde UxP, Andrés Lombardini coincidió en la necesidad de no ceder ante una presión constante de la empresa, que según dijo, “siempre amenaza con irse”. Recalcó que no se oponen al servicio ni a la protección del empleo, pero reclamó “ingenio también de parte de la empresa”, especialmente para recuperar servicios eliminados desde abril de 2024. “No puede ser que la ayuda y el ingenio siempre vengan de un solo lado”, enfatizó.
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Andrés Lombardini (UxP). |
Una mirada oficialista desde la urgencia
Desde el oficialismo, Leandro Spinelli respondió a las críticas afirmando que el convenio garantiza un “servicio esencial” en una ciudad donde, sin el respaldo estatal, “el transporte no es viable”. Reconoció que los recursos municipales son escasos, pero defendió la decisión como prioritaria. “La discusión no debe centrarse en los 1.000 litros de gasoil, sino en la importancia de sostener el servicio”, sostuvo, como intentando desviar el eje del debate.Spinelli también justificó el respaldo a la información financiera presentada por Balcarbus: “La empresa ha traído los números y nosotros damos por válida esa información”.
Este punto del tratamiento legislativo dejó al descubierto una profunda división respecto al rol del Estado en la sostenibilidad del transporte público. Si bien todos los bloques reconocen la fragilidad del sistema y la importancia de sostenerlo, la oposición reclama mayor transparencia, una contraprestación acorde y un análisis riguroso del uso de los recursos públicos.
La diferencia entre los 300 litros necesarios y los 1.000 litros otorgados, sin explicaciones claras, sigue siendo un interrogante central, que ni el convenio ni los discursos oficialistas lograron disipar, pero sí aprobar.