

La última medición conocida por la Casa Rosada indica que La Libertad Avanza (LLA) se encuentra diez puntos por debajo del primer lugar en la provincia de Buenos Aires de cara a las elecciones del 7 de septiembre. Este eventual resultado contrasta con el optimismo que semanas atrás proyectaba posibles triunfos libertarios en siete de las ocho secciones electorales.
En este nuevo escenario, según publica el sitio especializado Letra P, el oficialismo nacional estima que sólo podría imponerse en cuatro de las ocho secciones electorales, entre ellas la Quinta, que abarca 1,2 millones de votantes e incluye a Balcarce. En esta región, la estrategia electoral está encabezada por el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, en el marco del acuerdo entre LLA y el PRO. Las proyecciones internas anticipan un resultado favorable para esta alianza en la zona.
La Tercera Sección, considerada bastión peronista, es el principal desafío: las estimaciones indican una diferencia en contra de hasta 20 puntos, que el oficialismo intentará reducir. La Primera Sección, la más populosa, es vista como clave para compensar resultados, aunque la competencia allí se presenta ajustada.
En la Segunda y Cuarta Sección, la Casa Rosada prevé un escenario desfavorable por la presencia de fuerzas como Somos Buenos Aires y sellos locales. En cambio, además de la Quinta, el oficialismo confía en victorias en la Sexta (652.077 electores) y Séptima (281.130 electores). La Octava Sección (576.691 electores) se mantiene con resultado abierto.
Dentro de la Quinta Sección, la alianza LLA-PRO busca capitalizar la gestión local y la estructura política existente para asegurar el triunfo. El desempeño en esta región será clave para equilibrar los resultados provinciales, ya que un revés en la Tercera Sección podría dificultar la construcción de un relato favorable en caso de derrota general.
El oficialismo también evalúa que, debido a la distribución legislativa en la provincia, incluso un primer puesto en votos no garantizaría mayoría de bancas en la Legislatura bonaerense.
En este nuevo escenario, según publica el sitio especializado Letra P, el oficialismo nacional estima que sólo podría imponerse en cuatro de las ocho secciones electorales, entre ellas la Quinta, que abarca 1,2 millones de votantes e incluye a Balcarce. En esta región, la estrategia electoral está encabezada por el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, en el marco del acuerdo entre LLA y el PRO. Las proyecciones internas anticipan un resultado favorable para esta alianza en la zona.
Contexto provincial
El retroceso en las expectativas llevó a suspender la foto prevista entre el presidente Javier Milei y los ocho candidatos seccionales, que iba a marcar el inicio formal de la campaña bonaerense. Según fuentes cercanas al oficialismo, la decisión se basó en evitar que el mandatario aparezca junto a postulantes con pronóstico adverso.La Tercera Sección, considerada bastión peronista, es el principal desafío: las estimaciones indican una diferencia en contra de hasta 20 puntos, que el oficialismo intentará reducir. La Primera Sección, la más populosa, es vista como clave para compensar resultados, aunque la competencia allí se presenta ajustada.
En la Segunda y Cuarta Sección, la Casa Rosada prevé un escenario desfavorable por la presencia de fuerzas como Somos Buenos Aires y sellos locales. En cambio, además de la Quinta, el oficialismo confía en victorias en la Sexta (652.077 electores) y Séptima (281.130 electores). La Octava Sección (576.691 electores) se mantiene con resultado abierto.
Factores en juego
En el plano político, LLA mantiene un acuerdo con el PRO impulsado por Mauricio Macri, aunque el entendimiento no cuenta con el consenso pleno dentro del oficialismo. La irrupción de Somos Buenos Aires, que reúne a sectores de la UCR, PRO disidente, Coalición Cívica, dirigentes peronistas no kirchneristas y partidos vecinales, agrega un factor de fragmentación del voto opositor.Dentro de la Quinta Sección, la alianza LLA-PRO busca capitalizar la gestión local y la estructura política existente para asegurar el triunfo. El desempeño en esta región será clave para equilibrar los resultados provinciales, ya que un revés en la Tercera Sección podría dificultar la construcción de un relato favorable en caso de derrota general.
El oficialismo también evalúa que, debido a la distribución legislativa en la provincia, incluso un primer puesto en votos no garantizaría mayoría de bancas en la Legislatura bonaerense.